9/6/16

¡FELICIDADES ÁLVARO!


Ayer todos hemos podido ver y escuchar en los  medios de comunicación al emocionado Álvaro dando sus primeros pasos. Este pequeño tiene 5 años y, con la ayuda de un sofisticado dispositivo de apoyo tecnológico se dirigía caminando hacia donde estaban sus padres: "Mírame papá, estoy caminando".

El dispositivo recibe el nombre de "exoesqueleto". Está formado por un conjunto de órtesis alargadas que se ajustan a las piernas y al tronco del niño. A la altura de las articulaciones, unos pequeños motores imitan el funcionamiento del músculo y aportan al niño la fuerza suficiente que necesita para mantenerse en píe y caminar. El sistema se completa con una serie de sensores, un controlador de movimiento y una batería con unas cinco horas de autonomía. Está fabricado en aluminio y titanio, y alcanza en total unos 12 kilos de peso.

El proyecto de creación del exoesqueleto se inició en el año 2009, y ha sido llevado a cabo por investigadores del Centro de Automática y Robótica, centro mixto del CSIC y de la Universidad Politécnica de Madrid. También la empresa española Marsi Bionics ha participado en el desarrollo de esta tecnología.

Los próximos objetivos del proyecto pasan por conseguir medios para abaratar los costes de producción (unos 50000€ por dispositivo) y conseguir reducir el precio para su comercialización.

Mientras tanto, se ha iniciado un ensayo clínico en el Hospital Infantil Universitario Sant Joan de Deu (Barcelona), donde ocho niños con atrofia muscular espinal utilizarán el exoesqueleto en el servicio de rehabilitación durante tres meses, como terapia de entrenamiento muscular. Durante este tiempo analizarán el impacto, la tolerancia, los efectos secundarios y la funcionalidad del dispositivo en el entorno hospitalario. El siguiente paso tendrá lugar en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid. Allí, el plan será distinto. El objetivo será hacer una evaluación clínica y psicológica de un niño que usará esta tecnología en su casa durante un año. Según palabras de Elena García, coordinadora del proyecto, los médicos apuestan por el uso domiciliario del exoesqueleto, incluso lo ven como parte del trabajo de rehabilitación diaria del paciente. Para este segundo propósito, hay cuatro candidatos, entre ellos Álvaro. Sumados a los ocho de Cataluña, serán 12 los pacientes con atrofia muscular espinal que van a participar en los dos ensayos.
Otra de las buenas noticias publicada ayer por los medios de comunicación es que no se descarta que con “una pequeña inyección económica añadida en I+D, se pueda trabajar en este dispositivo para adaptarlo a otras enfermedades que causan alteraciones motoras en los niños”.

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